El impulso circular para la PYME

0
(0)

En el artículo anterior, pusimos sobre la mesa una radiografía detallada de la economía circular en las PYMES españolas. Descubrimos un panorama de contrastes: un país eficiente en el uso de recursos vírgenes pero débil en la recuperación de valor, y un tejido empresarial que practica una «circularidad accidental», motivada más por el ahorro inmediato que por una visión estratégica.

Ese diagnóstico nos dejó con preguntas clave flotando en el aire: Si la oportunidad es tan grande, ¿qué está frenando realmente a las PYMES? ¿Qué fuerzas, por otro lado, las están empujando hacia adelante? Y, lo más importante, ¿cuál es la hoja de ruta para pasar de las acciones aisladas a una transformación real y sistémica?

En esta segunda y última entrega, pasamos del diagnóstico a la acción. Analizaremos las barreras, los impulsores y el ecosistema de apoyo para, finalmente, proponer una serie de recomendaciones estratégicas claras y segmentadas. Es hora de trazar el camino.

 

Las fuerzas en juego: barreras, impulsores y un ecosistema por ajustar

 

La transición de una PYME hacia la circularidad es como navegar en un mar con vientos y corrientes que a veces empujan a favor y otras, en contra. Entender estas fuerzas es el primer paso para trazar un rumbo exitoso.

 

Los muros a derribar: las barreras de la transición

 

Los obstáculos que enfrentan las PYMES son de dos tipos: los que encuentran en su entorno (externos) y los que residen dentro de la propia empresa (internos).

Barreras Externas (el entorno):

  • Regulación y burocracia: Para muchas empresas, el marco normativo es un laberinto. La falta de criterios claros para usar materiales reciclados (un problema para el 82,2% de las empresas), una regulación a veces confusa y las enormes barreras burocráticas para acceder a ayudas públicas son frenos importantes.
  • Mercado y cadena de suministro: El mercado no siempre premia la circularidad. A menudo, las materias primas vírgenes siguen siendo más baratas que las recicladas. A esto se suma la falta de mercados secundarios estables y una demanda todavía tibia por parte de los consumidores. Si ni tus proveedores ni tus clientes tiran del carro, es difícil moverlo solo.

Barreras Internas (la propia empresa):

  • Economía y operaciones: La barrera más citada por las empresas es la complejidad o baja viabilidad económica de las soluciones circulares (84,4%), seguida de los altos costes de inversión y operación. Para una PYME con un flujo de caja ajustado, una inversión cuyo retorno no es inmediato supone un riesgo considerable.
  • Conocimiento y cultura: Como vimos, el desconocimiento del propio concepto es el punto de partida. Pero, además, existe una falta de conocimiento sobre las tecnologías disponibles y una cultura empresarial centrada, lógicamente, en la supervivencia a corto plazo, lo que dificulta adoptar una visión a largo plazo.

 

El viento a favor: los impulsores del cambio

 

A pesar de los muros, hay vientos que soplan con fuerza y empujan a las PYMES en la dirección correcta.

  • El ahorro de costes: Es, sin duda, el motor más potente. Reducir la factura de la luz, optimizar el uso de materias primas o pagar menos tasas por los residuos son beneficios tangibles que cualquier empresario entiende y valora.
  • La presión regulatoria: La normativa, aunque a veces compleja, es un catalizador clave. La legislación europea y nacional (como la Ley de Residuos o la estrategia «España Circular 2030«) obliga a las empresas a adaptarse, convirtiendo lo que antes era una opción en una necesidad.
  • La demanda de la cadena de valor: Este es un impulsor cada vez más relevante. Las grandes corporaciones están integrando la sostenibilidad en sus estrategias y exigen lo mismo a sus proveedores. Para una PYME, cumplir con los criterios de sostenibilidad de un gran cliente ya no es una cuestión de imagen, sino de supervivencia comercial.

 

 

El ecosistema de apoyo: una maquinaria sofisticada con un reto de conexión

 

Para ayudar a las PYMES a navegar estas aguas, existe un amplio ecosistema de apoyo público y privado. El Gobierno ha movilizado fondos importantes a través de iniciativas como el PERTE de Economía Circular, que en sus primeras convocatorias ha concedido 165,5 millones de euros a proyectos donde las PYMES son protagonistas (el 52% de los proyectos están liderados por ellas). Además, organismos como el CDTI, ENISA o el ICO ofrecen múltiples líneas de financiación.

Sin embargo, aquí encontramos un desajuste crítico. La oferta de apoyo, a menudo centrada en la innovación a gran escala y en proyectos de I+D, no siempre conecta con las necesidades reales de la mayoría de las PYMES. Mientras la administración habla de «proyectos estratégicos» y «capital riesgo», el gerente de una microempresa se pregunta si existe una ayuda directa y sencilla para cambiar su vieja furgoneta por una eléctrica.

Cerrar esta brecha entre la sofisticada maquinaria de apoyo y las necesidades pragmáticas de la base empresarial es, quizás, el mayor reto para acelerar la transición.

 

La hoja de ruta: recomendaciones estratégicas para pasar a la acción

 

Tras analizar el diagnóstico y las fuerzas en juego, podemos trazar una hoja de ruta. No hay una solución única para todos; la estrategia debe adaptarse al tamaño de la empresa y al rol de cada actor en el ecosistema.

 

Para las PYMES: una estrategia a medida

 

  • Microempresas (0-9 empleados): El foco debe ser la optimización y las «victorias fáciles». No es momento de rediseñar todo el modelo de negocio, sino de buscar retornos rápidos.
    • Acciones clave: Realizar una auditoría energética, minimizar la generación de residuos con buenas prácticas y aprovechar al máximo los sistemas públicos de recogida selectiva. Colaborar con otras empresas locales para compras conjuntas o gestión de residuos puede ser una gran idea.
  • Pequeñas empresas (10-49 empleados): El objetivo es cruzar el «umbral de capacidad». Ya no se trata solo de ahorrar, sino de empezar a construir una ventaja competitiva.
    • Acciones clave: Apoyarse en cámaras de comercio y asociaciones sectoriales para hacer un autodiagnóstico de circularidad. Empezar a dialogar con proveedores y clientes sobre opciones más sostenibles.
  • Medianas empresas (50-249 empleados): Deben liderar la transición. Tienen la capacidad para invertir y pensar a largo plazo.
    • Acciones clave: Invertir en talento (un responsable de sostenibilidad), apostar por el ecodiseño y explorar nuevos modelos de negocio como la «servitización» (vender un servicio en lugar de un producto). Obtener una certificación ambiental (ISO 14001) puede abrirles las puertas a mercados más exigentes.

 

Para las administraciones públicas: simplificar, invertir y liderar con el ejemplo

 

  • Simplificar y segmentar las ayudas: Es crucial crear una vía «exprés» de financiación para micro y pequeñas empresas. Ayudas directas, con poca burocracia (como un «bono circular»), para adoptar tecnologías probadas como paneles solares o maquinaria eficiente.
  • Invertir en infraestructura de mercado: El Estado debe impulsar una red nacional de plantas de tratamiento y valorización de residuos de alta tecnología. Esto no solo reduciría nuestra dependencia del vertedero, sino que crearía una oferta estable de materias primas secundarias de calidad, incentivando su uso.
  • Utilizar la compra pública verde como palanca: La administración es el mayor comprador del país. Debe incorporar criterios de circularidad (porcentaje de material reciclado, durabilidad, reparabilidad) de forma obligatoria y con un peso real en todas sus licitaciones. Esto crearía un efecto tractor inmenso en el mercado.

 

Para asociaciones sectoriales y cámaras de comercio: traducir y conectar

 

  • Actuar como «traductores»: Su papel es fundamental para cerrar la brecha de conocimiento. Deben traducir la compleja información sobre leyes y ayudas en guías prácticas, talleres y herramientas sencillas y adaptadas a cada sector.
  • Fomentar la simbiosis industrial: Deben crear plataformas para conectar empresas a nivel local. El objetivo es simple pero poderoso: que el residuo de una empresa se convierta en la materia prima de otra.

 

Conclusión: de la oportunidad a la realidad

 

La transición hacia una economía circular no es una opción, es el único camino viable para la competitividad y la resiliencia de nuestro tejido empresarial. Como hemos visto en esta serie de dos artículos, las PYMES españolas no parten de cero. Su pragmatismo las ha llevado a adoptar, casi sin saberlo, prácticas que son la semilla de la circularidad.

El reto ahora es hacer que esa semilla germine de forma consciente y estratégica. Requiere un esfuerzo coordinado: PYMES que se atrevan a ir un paso más allá del ahorro inmediato, una administración que simplifique y apoye de forma efectiva, y un ecosistema de asociaciones que actúe como catalizador.

La hoja de ruta está trazada. Pasar de la «circularidad accidental» a una economía circular por diseño es el gran desafío, pero también la mayor oportunidad para el futuro de las PYMES en España.

¿Te resultó útil este artículo?

Haz click en una estrella para valorarlo

Valoración media 0 / 5. Votos totales: 0

Sé el primero e valorar este artículo.

Deja un comentario

Cómo implantar la Economía Circular en mi empresa

¿Quieres saber cómo implantar la Economía Circular en tu empresa?

Te lo explicamos todo en este ebook.