Introducción y alcance de la norma ISO 59010
La Norma ISO 59010 ofrece una guía para ayudar a las organizaciones a cambiar sus modelos y redes de creación de valor, pasando de un enfoque lineal a uno circular. La norma se centra en estrategias que las empresas pueden usar para aplicar la economía circular tanto internamente como en colaboración con otras organizaciones.
ISO 59010 complementa la norma ISO 59004 al proporcionar una orientación más detallada sobre cómo evaluar los modelos actuales de creación de valor, mapear cadenas y redes de valor, y desarrollar estrategias de circularidad. Está diseñada para apoyar una transición efectiva, mejorando la sostenibilidad de las prácticas empresariales y fortaleciendo la resiliencia económica global.
En este artículo, revisaremos diferentes partes de la norma, tales como el establecimiento de objetivos, la definición de una estrategia, la transición hacia modelos de creación de valor y de red, así como la revisión y monitoreo para la mejora continua.
Establecimiento de objetivos
El establecimiento de objetivos es un primer paso para guiar la transición hacia un modelo de creación de valor basado en la economía circular. Este proceso incluye varias etapas:
- Definición de objetivos: Cada organización debe definir claramente qué desea lograr con su transición hacia la circularidad. Esto puede incluir reducir el uso de recursos, disminuir el consumo de energía o de agua, o limitar los flujos de entrada y salida de materiales.
- Comprender el modelo de creación de valor: Es importante entender el modelo actual de creación de valor y la red de valor en la que opera la organización. Esto ayuda a identificar los elementos clave y cómo interactúan para crear valor.
- Mapeo de la cadena de valor: Mapear la cadena de valor y las redes de flujos permite visualizar cómo interactúan las partes interesadas y dónde existen oportunidades de mejora. Herramientas como diagramas de flujo o software de análisis de procesos pueden facilitar este mapeo.
- Definir los límites: Se deben establecer límites claros para determinar cuánto del sistema será abordado en la transición a la circularidad, lo cual ayuda a focalizar los esfuerzos.
- Evaluar el rendimiento actual: La organización debe evaluar su rendimiento actual utilizando indicadores clave de rendimiento (KPIs) que reflejen la circularidad de sus procesos.
- Considerar acciones específicas: Se deben considerar acciones que puedan contribuir a reducir, ralentizar o cerrar los flujos de recursos, tales como rechazar ciertos materiales, repensar los diseños, o minimizar el uso de recursos.
Determinación de una estrategia de economía circular
Para definir una estrategia de economía circular, se recomienda seguir los siguientes pasos:
- Identificación de brechas y oportunidades: Analizar detalladamente la situación actual de la organización para identificar las áreas donde existen deficiencias y donde pueden encontrarse oportunidades de mejora.
- Desarrollo de una estrategia basada en los principios de circularidad: La estrategia debe alinearse con la visión y misión de la organización y considerar los principios de la economía circular, como el pensamiento sistémico, la gestión responsable de los recursos, la resiliencia de los ecosistemas y la trazabilidad de los recursos.
- Racionalización económica: Evaluar la viabilidad económica de las estrategias y asegurarse de que contribuyen a la optimización del ciclo de vida y la reducción del impacto ambiental. Explicar cómo la racionalización económica puede optimizar costos también puede ser atractivo para los responsables financieros.
Transición del modelo de creación de valor
La transición hacia un modelo circular requiere un replanteamiento integral de los elementos del modelo de creación de valor de la organización. Este proceso incluye la revisión exhaustiva de la propuesta de valor, las actividades clave, los recursos, los canales de distribución, los segmentos de clientes y los socios. Cada uno de estos elementos debe ser reconsiderado y adaptado para asegurar que se fomente la circularidad en todas las etapas del ciclo de vida del producto o servicio, desde la obtención de materias primas hasta la disposición final o reutilización.
Es necesario evaluar cómo cada componente del modelo de creación de valor puede contribuir a una economía más circular. Esto puede incluir, por ejemplo, el rediseño de productos para facilitar su reciclaje, el uso de materiales más sostenibles, y la colaboración con socios estratégicos para desarrollar nuevas capacidades de reutilización y reciclaje. También se deben identificar oportunidades para innovar en los canales de distribución, como implementar estrategias de logística inversa que permitan la recuperación eficiente de productos al final de su vida útil.
El desarrollo de un plan claro y detallado para guiar la transición es muy importante. Este plan debe definir cómo se transformará cada aspecto del modelo de negocio hacia un enfoque que busque maximizar la reutilización de recursos, minimizar los residuos y fomentar relaciones más sostenibles con los clientes y socios. Además, el plan debe incluir indicadores clave de rendimiento para monitorear el progreso y asegurar que los cambios implementados estén generando el impacto deseado. Es fundamental que este plan sea flexible, permitiendo adaptaciones según las lecciones aprendidas y los cambios en el entorno, como nuevas normativas, avances tecnológicos o cambios en las preferencias de los consumidores. Un enfoque iterativo y adaptable garantiza que la organización pueda responder eficazmente a los desafíos y oportunidades emergentes.
Transición de una red de valor
La economía circular no solo implica cambiar el modelo de creación de valor de una organización, sino también transformar toda la red de valor en la que dicha organización participa. Este proceso de transformación requiere que se establezcan objetivos compartidos entre todos los miembros de la red de valor, y que se desarrolle una estructura de gobernanza adecuada para facilitar la colaboración efectiva. Es fundamental que cada miembro de la red esté alineado con estos objetivos comunes para garantizar una transición exitosa hacia la economía circular.
Una buena gestión de la red de valor implica aprovechar de manera eficiente las infraestructuras compartidas, tanto físicas como digitales, con el objetivo de optimizar el uso de los recursos y fomentar la colaboración entre las diferentes partes interesadas. Estas infraestructuras compartidas pueden incluir plataformas de gestión de recursos que permitan coordinar mejor las actividades, sistemas de logística inversa para facilitar la recuperación y reutilización de productos, o sistemas de información que mejoren la trazabilidad y la transparencia en el uso de los recursos. La comunicación continua y el intercambio de conocimientos entre los miembros de la red son esenciales para identificar oportunidades de mejora y aplicar las mejores prácticas de economía circular de forma conjunta.
Asimismo, es necesario fomentar la creación de alianzas estratégicas dentro de la red de valor, ya que estas alianzas permiten un mejor aprovechamiento de los recursos y ayudan a crear sinergias que benefician a todos los participantes. La colaboración entre empresas y otras organizaciones, como instituciones académicas o entidades gubernamentales, puede ser clave para desarrollar soluciones innovadoras y enfrentar desafíos comunes. Estas alianzas también pueden facilitar el acceso a nuevas tecnologías y conocimientos especializados que apoyen la transición hacia prácticas más sostenibles y circulares.
Revisión y monitoreo para la mejora continua
La implementación de un modelo de economía circular debe ir acompañada de un proceso constante de revisión y monitoreo para garantizar la mejora continua. Algunas herramientas útiles para este proceso incluyen indicadores clave de rendimiento (KPIs) que miden la circularidad, así como sistemas de gestión de calidad y software de análisis de datos para evaluar el progreso y detectar áreas de mejora. Esto implica medir y evaluar periódicamente el rendimiento de la circularidad utilizando los KPIs definidos, lo cual permite identificar áreas de mejora y ajustar las estrategias conforme se avanza en la transición.
La revisión no solo debe centrarse en el modelo de creación de valor de la organización, sino también en la red de valor en la que participa, asegurando que todas las partes interesadas estén alineadas y que el sistema completo esté trabajando hacia la circularidad. El monitoreo continuo también permite reaccionar de manera ágil ante cambios en el entorno, como nuevas regulaciones, tecnologías emergentes o cambios en el comportamiento del consumidor.
Conclusión
La Norma ISO 59010 proporciona una guía para que las organizaciones transiten hacia un modelo de economía circular. Este documento establece recomendaciones para definir objetivos, crear estrategias de circularidad, y llevar a cabo la transición de modelos de creación y redes de valor hacia un enfoque más sostenible.
ISO 59010 ayuda a las organizaciones a comprender sus modelos actuales, mapear sus cadenas de valor, y desarrollar estrategias prácticas para maximizar la reutilización de recursos, minimizar los residuos y fomentar la colaboración. La transición hacia la circularidad mejora la eficiencia, la sostenibilidad y genera nuevas oportunidades de innovación.
El éxito de la implementación de la economía circular depende de establecer objetivos claros, desarrollar estrategias alineadas con la circularidad, y crear alianzas estratégicas con socios. Además, la mejora continua, basada en la revisión de indicadores clave, asegura que las organizaciones puedan ajustar y optimizar sus esfuerzos de circularidad a lo largo del tiempo. Esta norma ofrece un marco para que cualquier organización contribuya al desarrollo sostenible y genere un impacto positivo tangible.
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