Día Mundial de las Ciudades

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El pasado día 31 de Octubre, fue el Día Mundial de las Ciudades. Desde Naciones Unidas, se ha elegido como tema para este año “Construir Ciudades Sostenibles y Resilientes”

En este sentido, hay un claro nexo entre este tema y el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11: “Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”

Las ciudades están abiertas a un gran número de retos:

  • Desastres naturales de toda índole: inundaciones, sequías, terremotos, tsunamis. Las medidas preventivas ahorrarían muchas pérdidas humanas, así como económicas.
  • Eficiencia en uso de recursos como el agua y la energía. Planificando, gestionando los recursos y sensibilizando en el cambio de comportamiento.
  • Protección del medioambiente y el entorno en el que se encuentran. Emisiones, vertederos, zonas protegidas.
  • Organizar asentamientos incontrolados y densamente poblados en áreas de riesgo.
  • Mejoras de condiciones económicas y sociales, nadie puede quedar atrás. Los más vulnerables reciben el impacto del desequilibrio existente.
  • Fracaso de los sistemas de gobierno. Los gobiernos locales son clave en el funcionamiento de la ciudad y en la gestión ante cualquier tipo de crisis.

Las acciones a implantar en las ciudades son necesarias y cada vez presentan una mayor urgencia. Datos que demuestran esta premura son:

  • La mitad de la humanidad (3.500 millones) viven en ciudades. En el caso de España es el 75% de la población.
  • Uno de cada siete habitantes de este planeta vive en barrios marginales.
  • Las ciudades ejercen una gran presión en agua dulce, aguas residuales y salud pública. Consumen alrededor del 70% de energía y generan el 75% de emisiones de carbono.
  • Para 2030, se espera que la demanda de agua y energía crezca hasta un 50%
  • En los países en vías de desarrollo, casi ninguna ciudad cumple con los estándares de calidad del aire. Entre los países desarrollados, solo el 50%

Es cierto que son datos alarmantes, pero tampoco hay que entrar en pánico, ni caer en la desesperación. Ya hay medidas en acción que fortalecen a las administraciones locales, empresas y asociaciones, dando más peso a la sostenibilidad. También las políticas nacionales están avanzando con herramientas innovadoras.

Hay ejemplos en Latinoamérica, África, Sudeste Asiático de estos avances. Poner la rueda en marcha está costando, el arranque es difícil y el rozamiento inicial es muy fuerte, pero el resultado merece la pena: sociedades sin desequilibrios, acceso al agua potable, energía limpia, prevención ante crisis climáticas….

Pero no es solo una labor de países en desarrollo, si lo pensamos así, estamos muy equivocados. Los ODS son cosa de todos los países, de todo el planeta. En los países desarrollados también hay desequilibrios sociales (actualmente, en España ninguna ciudad ha alcanzado los objetivos de sostenibilidad (ODS-11) y un 67% están en nivel naranja), hay importantes problemas de contaminación, un consumo desequilibrado, emisiones de carbono, deficiencias en energías renovables.

Entre las acciones a implantar, tiene una gran importancia la Economía Circular. Como herramienta de cambio es regeneradora, restaurativa, responsable.

Entre todas las “R” presentes en la circularidad me quedo con:

  • Reducir: en la medida en que reducimos los desechos, generamos menos impacto en vertederos, basuras, depuradoras. Y hacemos un consumo responsable de recursos tan valiosos como el agua y la energía, pero tan poco valorados.
  • Reutilizar: ¿cuántas veces nos deshacemos de un producto porque ya no lo necesitamos o lo dejamos tirado en un rincón?, pero todavía es útil, todavía vale o todavía funciona. Quizás no para nosotros, pero sí para nuestro vecino, familiar o un desconocido. Pues démosle una segunda vida.
  • Reparar: y cada vez menos. ¿Por qué reparar si uno nuevo vale menos y es mejor?, pues es trampa. Valdrá menos, pero nadie se para a pensar cuánto cuesta enviar al vertedero algo que es reparable, aprovechando los recursos que tiene dentro. Y también habría que ver si es mejor o no, ¿cuáles son nuestras necesidades?, pero las de verdad.
  • Refabricar: puede que no se pueda reutilizar, ni reparar. Pero podría volver a la cadena de producción y recuperar sus componentes para productos nuevos. Como fuente de materias “secundarias”
  • Y por último, reciclar. Si ninguna de las “R” anteriores son posibles, nos queda reciclar, pero no con dirección al vertedero. Si no a recuperar sus materiales: plásticos, metales, naturales,…, para ser utilizados en nuevos productos o servicios.

Así pues, el Desarrollo Sostenible es una necesidad para preservar nuestro entorno, medio ambiente, ciudades y comunidades. Y la Economía circular se presenta como herramienta o punto de apoyo para llevar a cabo este cambio. Tenemos unos años críticos por delante y mucho trabajo.

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