La Economía Circular se presenta como contrapunto a la economía lineal (producir, usar y tirar) y tiene entre sus principios el uso eficiente de recursos (materias primas, energía, agua), la reducción de los residuos, la reducción de la huella de carbono (gases de efecto invernadero), preservar el medioambiente,…., en resumen, es una importante herramienta para combatir el Cambio Climático y apoyar el Desarrollo Sostenible.
SITUACIÓN ACTUAL
La Economía Circular es transversal y tiene tres importantes actores necesarios para su evolución: administraciones, empresas y sociedad.
Por parte de las diferentes administraciones, está teniendo un claro apoyo:
A nivel de empresas se están produciendo evoluciones en línea con el uso eficiente de recursos y reciclado.
Por parte de la sociedad, bajo mi punto de vista, es donde puede que cojee el trípode (en la medida en que puede cojear un trípode), hay acciones centradas en el medioambiente por diferentes organizaciones, pero considero que estamos lejos de un consumo responsable, lejos de reducir el derroche y descarte.
Es en este punto donde surge el título de esta publicación: “¿Estamos preparados para la Economía Circular?”
Solo hay una respuesta, SI, el tiempo apremia y es necesario avanzar en todas las acciones que conlleva el cambio de paradigma.
Es primordial fomentar la sintonía por parte de todos los actores (en mayor o menor medida) la necesidad de evolución, aunque haya voces en contra y que quieran mantener la situación actual, “si algo está funcionando, ¿por qué cambiarlo?”. Pero ¿funciona de verdad?, como en los video juegos de nuestra infancia ¿tenemos vidas infinitas y si nos equivocamos volvemos a empezar?, lo siento, pero no es así.
Solo hay un planeta y una sola vida, muchos puntos indican que no es el mejor camino el que estamos adoptando: calentamiento global, desaparición de especies, escasez de recursos (con precios cambiantes y en manos de unos pocos), desequilibrios sociales,…, y todo esto se une a un incremento de la población del planeta (ya dejamos atrás los 7.000 millones de habitantes y para 2050 podemos llegar a ser 10.000 millones)
Además, el consumo aumenta tanto en los países desarrollados como los que están en vías de desarrollo, lo que se traduce en la necesidad de más recursos y más presión sobre el medioambiente.
¿Estamos preparados? SI, pero incluyendo un matiz, lo necesitamos con urgencia.
EL CAMINO
Para este viaje hay que preparar algunas maletas:
- Legislación/normas: que marquen “las reglas del juego”, habrá que modificar parte de las existentes y establecer nuevas, aquí se incluyen exigencias medioambientales y sistemas voluntarios de certificación.
- Financiación: este cambio requiere esfuerzos económicos considerables para el sector empresarial, ya que el modelo de consumo gira y el objetivo no es producir para vender, entra el factor servicio vs producto. El modelo cambia y las empresas tendrán que cambiar, muchas no tienen músculo económico suficiente y necesitarán de créditos, ayudas reembolsables, subvenciones,…
- Diseño/Innovación: usar y tirar no tiene sentido en este modelo circular, incluso reciclar debe ser la última opción. Entran en juego la reutilización, reparación, reacondicionado, refabricación. Para llevarlo a cabo, se debe partir desde la etapa de diseño y tener previstas estas nuevas fases. Manteniendo el valor de los recursos que forman parte del producto/servicio.
- Formación/información: en esta maleta entran los tres actores que definí al principio, la tentación es pensar que solo afecta a la sociedad/consumidor, pero ¿la administración y la empresa no son también parte de la sociedad?, ¿no necesitan saber el por qué de este nuevo modelo? También hay que contar con la sensibilización y concienciación.
Conclusión
Probablemente, no llegamos a estar preparados por completo para el cambio que supone adoptar las medidas que trae la Economía Circular. Pero no podemos esperar más.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas son un ejemplo y en el objetivo 12 aparece “Producción y Consumo Responsables” con la unión más fuerte a la Economía Circular. Es un objetivo a nivel mundial y en Europa tenemos la suerte de poder avanzar (Comisión Europea, Francia, Reino Unido)
La evolución llevará un tiempo, hay hitos para 2020, 2025 y 2030, pero el tiempo pasa y muchas de las acciones que ahora son voluntarias, se convertirán en obligatorias y el tiempo de reacción será menor.
Solo un ejemplo: el uso de vertederos. En el caso de la ley de Castilla La Mancha, a partir del momento de su publicación, habrá un año de margen para la implantación de nuevas tasas, así como medidas fiscales para disuadir de su uso.
Pero este no es el enfoque correcto, no hagamos el cambio por temor a multas, sanciones,…, al palo. Realmente es una oportunidad, ¿por qué lo que termina en el vertedero no se puede valorar y utilizar en un proceso posterior?
Esto requerirá de innovación, así como del resto de las maletas que necesitamos para este viaje.
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